La Ley de Atracción al Descubierto

Mucho se ha escrito sobre la ley de la atracción; se le ha atribuido un carácter universal, inmutable y hasta omnipotente. Aunque hay una gran cantidad de casos, hechos y observaciones documentadas que tienden a confirmar el postulado general de dicha ley, muchos cuestionan su validez, argumentando que éstas no han sido más que simples coincidencias y casualidades que difícilmente confirman su veracidad o establecen una teoría que explique las causas de los resultados observados. Algunas personas dirán que la capacidad de predecir como va a actuar una persona roza lo esotérico, pero lo cierto es que, como veremos más adelante, es posible generar modelos que demuestran la relación existente entre la manera de pensar de una persona, su comportamiento y sus logros. A pesar de esto, el hecho de que afirmemos que algo es una ley no significa que en realidad lo sea. Una hipótesis no se convierte en teoría irrefutable porque nos aseguremos de presentarla usando un lenguaje científico. Su autenticidad no aumenta porque tengamos cuidado en manejar suficientes términos y expresiones de aquellos que escuchamos con frecuencia en el campo de la ciencia. Así que lo primero que me propuse al escribir este libro -de ahí su largo título-, fue dejar claro de una vez por todas si la ley de la atracción es o no es ley. En términos simples, la ley de la atracción indica que nosotros atraemos hacia nuestra vida aquello en lo que enfocamos nuestro pensamiento de manera constante. Lo que sucede en el exterior -a nuestro alrededor o en nuestra vida- no es más que el reflejo de lo que está ocurriendo en nuestro interior. Nuestro mundo exterior es un reflejo de nuestro mundo interno, ya que nosotros nos hemos encargado de atraer y crear nuestras circunstancias externas con nuestros propios pensamientos. Si nuestros pensamientos dominantes están constantemente enfocados en obtener resultados positivos, en nuestras fortalezas o en hábitos de éxito -y nuestras acciones refuerzan dicha manera de pensar- entonces eso será lo que manifestaremos en nuestra vida. Si, por el contrario, nuestros pensamientos dominantes están constantemente enfocados en la posibilidad de obtener resultados negativos, en pobres expectativas, o en nuestras debilidades, de igual manera eso es lo que atraeremos hacia nosotros mismos.

La ley de atracción establece que todo atrae su igual. Las imágenes que están grabadas en nuestra mente atraen irremisiblemente lo que representan. Aquello en lo que te enfocas tiende a expandirse en tu vida. Si te enfocas en tus debilidades, verás como éstas parecen ser cada vez mayores. Las personas, oportunidades u objetos que atraemos se asemejan en su carácter al nuestro. Ahora bien, la pregunta es si lo que postula la ley de la atracción es en realidad una ley, una hipótesis, un modelo utilizado para describir ciertos aspectos del comportamiento humano, o una simple conjetura.

Lenguaje: Español

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